José Pilar Quezada Valdès -sentado a la izquierda- y Agustín Caloca Cortés -Sentado a la derecha- alumnos en el Seminario de Guadalajaraa
... "en la Iglesia conviven asnos, mulos y machos cabríos, algunos tan salvajes que se sienten deseos de matarlos, pero no es posible porque 'el Amo quiere recibirlos todos en buen estado'."
El Cura de Torcy a su colega de Ambricourt, en: "Diario de un Cura Rural", de Bernanos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

UN GUERRERENSE, EL TERCER EVANGELISTA GUADALUPANO: LUIS BECERRA TANCO.

LUIS BECERRA TANCO: LA TEOLOGIA NOVOHISPANA EN EL TERCER EVANGELISTA GUADALUPANO.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas.

1. LUIS BECERRA TANCO (1603-1672).

a. IMPORTANCIA. Criollo nativo del real de minas de Taxco, tiene un sitio fundamental en el desarrollo del guadalupanismo novohispano del siglo XVII. Es calificado por De la Maza como el tercero de lo evangelistas guadalupanos, después de Miguel Sánchez y Luis Lasso de la Vega. Es el primero, entre otras cosas: que intenta dar una explicación de la impresión de la Imagen guadalupana en el ayate; que explica que el rostro moreno de Guadalupe es una predilección por el pueblo de México; y que sostiene que la Virgen no pronunció el nombre Guadalupe.
Sacerdote. Perito en lenguas indígenas, historiador, matemático y, aunque brevísimo tiempo, catedrático de astrología en la Real y Pontificia Universidad de México. Adquirió renombre duradero cuando en 1666, al tiempo de realizarse las famosas Informaciones jurídicas para solicitar a la Santa Sede fiesta y oficio propios para la Virgen de Guadalupe, publicó por separado el testimonio que había rendido ante los jueces de esa pesquisa, bajo título de Origen milagroso del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Una segunda edición corregida y aumentada, vio la luz póstumamente en 1675 con el nombre de Felicidad de México en el principio y origen que tuvo el santuario de la Virgen María Nuestra Señora de Guadalupe.

b. DATOS PERSONALES. El mismo se presenta en sus escritos, diciendo que desde niño entendió y habló con propiedad la lengua mexicana, por haberse criado entre los mexicanos antiguos fuera de México, y perfeccionó el conocimiento de los antiguos caracteres y escrituras con que historiaron los indios.
En su juventud fue señalado como lector de lengua mexicana en la universidad, examinador sinodal de dicha lengua en el arzobispado y ministro de doctrina por treinta y dos años, con título de cura de diversos partidos.
Por su amistad con Fernando de Alva, pudo tener en sus manos el cuaderno o relación escrita de Antonio Valeriano.
Su biógrafo contemporáneo, el bachiller López de Avilés, dice que era perito en lengua hebrea y griego, consumado en la latina, conocedor de la italiana, la francesa y portuguesa. Muy versado en el otomí y un Cicerón en la mexicana, buen poeta y gran retórico. Dedicó mucho tiempo al estudio de la física, la química, las matemáticas y la astronomía.
Ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri de México en Mayo de 1639. Murió en la ciudad de México a la edad de 67 años, el 1 de junio de 1672.

c. SU APORTACION AL PROCESO DE 1666. Los jueces de las Informaciones, cuando supieron que Becerra Tanco tenía preparado un opúsculo para impresión, le requirieron, según derecho, para que presentara lo que tenia escrito y lo jurase como testigo, y así lo hizo el 27 de Marzo de 1666. Se encuentran en las Informaciones, con el título Papel que presentó el Lic. Luis Becerra Tanco, desde la página 138 a la página 167.
Sostiene su testimonio en:
Ø Dos naturales, tio y sobrino.
Ø Al arzobispo don Juan de Zumárraga.
Ø el Lic. Pedro Ruíz Alarcón, Capellán del Colegio de los niños de San Juan de Letrán en México, quien falleció de ochenta y seis años.
Ø El Lic. Gaspar de Praves, presbítero secular, cura beneficiado del partido de San Mateo Texcaliacac, de Tenango y de Taxco, quien conoció la tradición de Valeriano.

2. SU OBRA. Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, editado en 1666. Y su reedición póstuma en 1675 con el título: Felicidad de México en el principio y origen que tuvo el santuario de la Virgen María Nuestra Señora de Guadalupe.

a. CARACTERISTICAS GENERALES. Después de la densas obras exegéticas de Miguel Sánchez de 1648 y de Luis Lasso de 1649, el libro de Becerra Tanco destacó inmediatamente por ser un relato ágil y sintético de las apariciones, por su defensa de la historicidad de las mismas a partir de los testimonios de la tradición indígena, y por su intento de dar una explicación científica, al menos dentro de los términos de su época, a algunas de las características de la imagen.

b. HAN ESCRITO SOBRE BECERRA TANCO COMO AUTOR GUADALUPANO, A NUESTRO ALCANCE EN BIBLIOTECAS:
> Jesús García Gutiérrez, Apuntamientos críticos para una bibliografía de historiadores guadalupanos., Zacatecas, edición del Boletín Eclesiástico de la Diócesis, 1939. pp. 24-36.
> Francisco de la Maza, El guadalupanismo mexicano, México, Fondo de Cultura Económica/Secretaría de Educación Pública, 1984, p. 81-90.
> David A. Brading, La Virgen de Guadalupe. Imagen y tradición, México, Taurus, 2002, pp. 148-158.
> Martha Reta Hernández, “Felicidad de México. Lo maravilloso cristiano en la leyenda guadalupana”, en Nelly Sigaut (coord.,), Guadalupe, arte y liturgia. La sillería de coro de la Colegiata, Zamora, El Colegio de Michoacán/Museo de la Basílica de Guadalupe, 2006, v. 2, pp. 380-407. Esta exposición incluye un anexo con una descripción de todas las ediciones del texto de Becerra Tanco desde 1666 hasta el presente.
> Martha Reta Hernández, Espacio simbólico y funcional: el coro de la Colegiata de Guadalupe y las reubicaciones de su sillería (1749-1990), tesis de licenciatura en Historia, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2007, pp. 83-107.

c. ANALISIS DE LA OBRA: Siguiendo la segunda versión de la obra que presenta Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro de Anda. Testimonios históricos guadalupanos. Fondo de Cultura Economica, México, 1999. pp. 310-333.
La obra se presenta con las siguientes divisiones, no numeradas, los subrayados aparecen como títulos en la edición que seguimos:
Ø Prólogo póstumo: ubica su obra en el contexto de las Informaciones de 1666. Da a conocer que no se encontraron en archivos del juzgado y gobierno eclesiástico escritos auténticos. Y que su único objetivo es salvar del olvido la tradición, y el incremento del culto. Acude a su memoria de adolescente, cuando leyó y registró pinturas y caracteres de los indios mexicanos, que registraron a su vez la tradición del milagro. pp. 310-312.
Ø Tradición del milagro: Por Becerra Tanco sabemos: que Juan diego casó con María Lucía. Que era originario de Cuautitlán, pero avecindado en Tolpetlac. Transmite con bastante fidelidad el texto que conocemos como Nican mopohua, excepto que los diálogos que en aquél se presentan, no los redacta como tales, sino en tercera persona. pp. 312-313.
Ø Primera aparición: 9 de diciembre, sábado muy de mañana. La Virgen habla a Juan Diego en lengua mexicana. En lo demás, como conocemos. pp. 313-314.
Ø Segunda aparición: Mismo sábado por la tarde. Becerra Tanco discurre sobre la lógica residencia de Juan Diego en Tolpetlac; trasmite el dato de que, al momento, Juan Diego se encuentra casado. En la segunda parte de este texto, ya es domingo 10 de diciembre y se da la segunda visita de Juan Diego al Obispo, después de la cual se da el incidente de que es seguido por los criados. pp. 314-316.
Ø Tercera aparición: La primera parte del texto se desarrolla el lunes 11 de diciembre. Tiene lugar el episodio de la enfermad de tío Juan Bernardino; la fiebre que los indios llaman Cocoliztli. La segunda parte del texto, tiene lugar el martes 12 de diciembre con el intento de evitar el encuentro con la Virgen. Becerra Tanco ubica el rodeo de Juan Diego en un camino que bordea el cerrillo y que pasa por una fuente de agua aluminosa. Se sucede la entrega de la señal. pp. 317-319.
Ø Aparición de la imagen: El mismo martes 12 de diciembre. Tiene lugar la visita decisiva de Juan Diego al Obispo con el desenlace que conocemos. Becerra Tanco da la noticia de que ese día el Obispo retiene en su casa a Juan Diego, agasajándolo, para al día siguiente, con él, acude a reconocer el lugar de las apariciones. El texto termina con la petición de Juan Diego de que se le permita ir a ver a su tío. pp. 319-320.
Ø Quinta a parición: Miércoles 13 de diciembre. Se da el episodio del reencuentro de Juan Diego con su tío Juan Bernardino, y cómo éste último confirma la aparición de la Virgen, la describe, y da a conocer cómo quiere ser llamada: Guadalupe.
El conocimiento del suceso provoca un número tal de gente que quiere conocer de cerca la imagen, al grado de que pronto es trasladada del oratorio privado del Obispo a la iglesia mayor. Becerra Tanco aclara que la precisión, brevedad y fidelidad del relato, concuerda con la forma con la que los naturales cuerdos e historiadores de aquél siglo escribían.
En seguida aclara el misterio del nombre Guadalupe, que no corresponde a la manera de hablar indígena, y explica que se debió sin duda a la costumbre española de deformar los nombres impronunciables que a su paso iban encontrando. De modo que Becerra Tanco infiere que la Señora debió decir: Tequatlapeuh, que significa la que tuvo origen de la cumbre de las peñas. O en su lugar: Tequantlaxopeuh, que significa la que ahuyentó o apartó a los que nos comían. Y sostiene lo anterior en base a que la lengua mexicana no conciente la pronunciación de la g ni de la d. pp. 320-322.
Ø Anotaciones que deben suponerse para la prueba de la tradición: Becerra Tanco hace despliegue de sus conocimientos matemáticos-calendáricos, al contextualizar el momento de las apariciones en relación con la corrección del calendario eclesiástico llamado gregoriano, de modo que las apariciones son 51 años antes de dicha corrección.
Gobernaba la Iglesia el Papa Clemente VII, y a España Carlos V. Tres años antes de la erección canónica de Zumárraga como metropolitano.
Gobernaba la ciudad de México la Real Audiencia al mando de su presidente don Sebastián Ramírez de Fuenleal.
Todos estos antecedentes, sirven a Becerra Tanco para explicar porqué no se encuentran documentos referentes en los archivos eclesiásticos, pues se perdieron fácilmente.
Igualmente Becerra Tanco explaya sus conocimientos de las antigüedades mexicanas, al ubicar las apariciones en el calendario mexica, en el año 590 de la fundación de México Tenochtitlan. pp. 322-323.
Ø Pruébase la tradición: En este capitulo Becerra Tanco hace gala de su conocimiento de las tradiciones orales indígenas.
Los indígenas conservaban su historia, leyes, autos jurídicos y tradiciones de sus mayores: a) por pinturas: en papel grueso, muy semejante al papel de estraza; o en pieles curtidas a manera de pergaminos. El año, que seguía el ciclo lunar, se componía de 18 meses, de veinte días cada uno; un total de 365 días. b) y por medio de cantares en verso, que acompañaban al sonar de teponaztles o tlapanhuehuetl. Y estas dos fuentes sirvieron a Fray Juan de Torquemada para la elaboración de su Monarquía indiana.
En seguida da noticia de la fundación y funcionamiento del Colegio de Tlatelolco, su calidad, y la de sus egresados, entre los cuales Fernando de Alva, heredero de los señores de Tezcoco.
El mismo Becerra Tanco afirma haber escuchado cantares que relataban las apariciones, en el Tepeyac, durante las fiestas de Guadalupe.
También testimonia que en el Tepeyac se daba culto a la diosa Tonanzin, también llamada Toci, y que con su aparición, Guadalupe destierra esa idolatría.
En este punto Becerra Tanco despliega sus conocimientos bíblicos y teológicos, al sostener que, Guadalupe, al aparecérsele a Juan Diego, está reproduciendo en actuar divino, que “no acredita el milagro con la autoridad de las personas, sino con la evidencia de los sucesos” y esto lo afirma Jesucristo cuando alaba a los sencillos e ignorantes en el Evangelio (que cita de memoria en latín, pero no indica la cita); y lo mismo afirma San Pablo en la Primera Carta a los Corintios: Dios elige a los despreciados del mundo, a los que no son, para destruir a los que son. Como hizo al escoger a los apóstoles.
En esta parte, Becerra Tanco comienza a hacer un recuento de las virtudes heroicas de Juan Diego, con lo cual se testimonia su fama de santidad: candidez de ánimo y pureza de conciencia; la prudencia con la que una y otra vez soporta la actitud del Obispo y sus colaboradores. Así como el fervor, cuidado y vigilancia con que asistió todo el resto de su vida, en obsequio y cuidado de la imagen bendita y el cuidado de su templo. La Señora lo ama, y sólo por su medio se cumplirá su voluntad.
Copara la visión del indio con la experiencia de los pastores en Belén (música celestial, suceso en la madrugada, la disposición a caminar presuroso).
También describe la circunstancia y cualidad del ayate, así como los detalles admirables de la pintura y lo vivo de los colores. pp. 323-328.
Ø > Testificación: En esta parte reproduce el nombre y la calidad de los testigos sobre los que basa su crédito a la tradición guadalupana, a saber: Dos naturales, (1) el Lic. Pedro Ruíz Alarcón, Capellán del Colegio de los niños de San Juan de Letrán en México, quien falleció de ochenta y seis años; (2) El Lic. Gaspar de Praves, presbítero secular, cura beneficiado del partido de San Mateo Texcaliacac, de Tenango y de Taxco, quien conoció la tradición de Valeriano; (3) El Lic. Don Pedro Ponce de León, Cura beneficiado de Tzunpahuacán, quien falleció con más de 86 años; (4) Gerónimo de León, quien murió con más de 85 años; (5) Francisco de Mercado, intérprete del juzgado de la Cancillería;
En esta parte, Becerra Tanco vuelve al recuento de las virtudes heroicas, ahora de la practicada por Juan Diego y su esposa María Lucía: castidad.
Junto a esto, pasa a describir la pobreza de fray Toribio de Benavente, así llamado “Motolinia”.
Presenta entonces una serie de deducciones en torno a Juan Diego: el año de su fallecimiento 1548, a la edad de 74 años; y en atención a esto, determina que nació en 1474; que debió tener 48 años al momento de su bautismo en 1524. Murió María Lucía dos años después de las apariciones en 1534. Falleció Juan Bernardino en 1544, de 84 años, y junto con Juan Diego, ambos fueron enterrados en la ermita, ambos fueron consolados en el momento de sus muertes, por la Santísima Virgen.
Becerra Tanco termina ensalzando la virtud de Juan Diego en el cumplimiento de la cristiana obligación de auxiliar a su tío en peligro de muerte, antes incluso de cumplir con Nuestra Señora.
Ø Conclusión y recopilación de todo: Termina Becerra Tanco con magnifica apología de la gloriosa aparición de Guadalupe, que acompaña de una mínima, pero útil cronología:
*1519 llega Cortés a San Juan de Ulúa
*Para los indios, terminaba un ciclo según sus calendarios.
*1521 rendición de la ciudad de México el 13 de agosto.
*1524 llegan los franciscanos.
*1528 llega Zumárraga en calidad de obispo y protector de indios.
*1532 vuelve Zumárraga a España para ser consagrado obispo.
*1548 murió Zumárraga, por 20 años Obispo de México.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:

-AA VV. Enciclopedia Guadalupana. Vol. I. México, 1995.
-NOGUEZ, Xavier. Documentos guadalupanos. Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
-De la Torre, Ernesto-Navarro de Anda, Ramiro. Testimonios históricos guadalupanos. Fondo de Cultura Económica, México, 1999.

FUENTES ELECTRONICAS:

-http://interlupe.com
-http://histora.fcs.ucr.ac.cr/articulos/2008/especial2008/articulos/nuevas
-http://www.analisisdoctrinal.com/bin/archivescgi?ld=3104
--Iván Escamilla González, La felicidad de México, de Luis Becerra Tanco, en la biblioteca del Instituto de Investigaciones históricas, en http://www.iih.unam.mx/publicaciones/revistas/boletín/pdf/bol.82/bol.8204.pdf

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